Monumentos
Castillo de Gigonza
En pleno corazón de la campiña gaditana, entre Medina Sidonia y Arcos de la Frontera, se alza el Castillo de Gigonza, una joya histórica declarada Bien de Interés Cultural. A tan solo 12 km de Paterna de Rivera y en el término municipal de San José del Valle, este lugar ha sido punto clave de civilizaciones durante siglos.
Un enclave con historia
El castillo no está ahí por casualidad. Muy cerca brota un manantial de aguas sulfuroácidas frías, famosas ya en la Antigüedad por sus propiedades curativas. Fue precisamente junto a esos baños donde nació Saguntia, ciudad turdetana que más tarde se convirtió en enclave romano.
Por sus piedras pasaron romanos, visigodos, bizantinos y musulmanes, cada uno dejando su huella. Durante la Edad Media, Gigonza fue un bastión fronterizo entre Castilla y el Reino de Granada, escenario de batallas como la de 1371, cuando los caballeros de Jerez derrotaron a las tropas granadinas.
La fortaleza
El actual castillo tiene un marcado origen andalusí. Su planta es casi cuadrada y se levanta en dos cuerpos. La entrada es estrecha y sobria, con un dintel robusto y una ventana en arco de herradura. En la parte superior destaca una bóveda baída y ventanales que aún asoman al horizonte.
Al atravesar la cerca y el patio de armas, el visitante se encuentra con una puerta de medio punto adornada con el escudo de la Casa de Arcos, que fue uno de sus últimos dueños en época medieval.
Del balneario al presente
A finales del siglo XIX, Gigonza vivió una etapa sorprendente: se convirtió en un balneario de prestigio, impulsado por la familia Ponce de León. Sus aguas atrajeron a quienes buscaban salud y descanso, hasta que el complejo dejó de funcionar tras la Guerra Civil. Desde entonces, el castillo ha permanecido en manos privadas.
Ven a descubrirlo
Hoy, el Castillo de Gigonza es mucho más que ruinas: es un testigo silencioso de la historia de Andalucía, un lugar donde cada piedra cuenta un episodio, desde los turdetanos hasta los señores medievales. Un rincón único que merece ser explorado con calma, en plena naturaleza gaditana.
Acueducto del Tempul
El Acueducto de Tempul es una de las grandes obras de ingeniería hidráulica del siglo XIX en Andalucía. Construido en 1864, su función era llevar agua desde el manantial de Tempul, en Algar, hasta Jerez de la Frontera, a lo largo de un recorrido de 46 kilómetros.
Este sistema incluía manantiales, estanques, depósitos, minas, puentes-acueductos, puentes-sifones y casetas de registro, convirtiéndose en una infraestructura ejemplar para el abastecimiento urbano de agua. Parte esencial del proyecto fue el paso del río Guadalete por la Barca de la Florida, resuelto con el innovador puente de San Patricio, una de las primeras estructuras de hormigón pretensado en España.
Origen y antecedentes
La idea de llevar agua desde Tempul no era nueva. Ya en época romana se había levantado el Acueducto de Gades, atribuido a Lucio Cornelio Balbo, para comunicar el manantial con Cádiz. A lo largo de los siglos se intentó recuperar aquel proyecto, como en el siglo XVIII, cuando el Conde O’Reilly, capitán general de Andalucía, impulsó una modernización de las infraestructuras que no llegó a materializarse.
Construcción en el siglo XIX
La necesidad de mejorar el abastecimiento de agua en Jerez llevó al gobernador civil de la provincia, Ignacio Méndez de Vigo, a impulsar un proyecto hidráulico moderno. Tras superar los habituales obstáculos burocráticos y económicos, se constituyó en 1868 la Sociedad del Acueducto de Tempul, presidida por el alcalde jerezano Rafael Rivero de la Tixera.
El ingeniero Ángel Mayo seleccionó el manantial de Tempul por la calidad de sus aguas y porque podían llegar por gravedad, lo que reducía costes y garantizaba regularidad en todas las estaciones del año. Las obras comenzaron en 1864 y se dividieron en trece fases hasta completar los 46 km.
El agua llegaba a unos depósitos construidos junto a la ermita del Calvario, en las viñas de Picadueña (hoy en el Zoobotánico Jerez). El abastecimiento regular comenzó el 23 de junio de 1869, una fecha celebrada con actos festivos en la ciudad.
El puente de San Patricio
Uno de los puntos más delicados fue el cruce del río Guadalete. El antiguo puente se hundió en las inundaciones de 1918, lo que obligó a una solución definitiva. En 1925, el prestigioso ingeniero Eduardo Torroja Miret, con la colaboración de Francisco Ruiz Martínez, diseñó el puente de San Patricio, ejecutado entre 1926 y 1927.
Esta fue la primera obra en España en usar hormigón pretensado, lo que supuso un hito en la ingeniería civil. Su diseño, funcionalista y elegante, convirtió al acueducto en un referente arquitectónico de la época. Tras décadas de deterioro, fue restaurado íntegramente en 2008.
Patrimonio hidráulico
Hoy, el Acueducto de Tempul forma parte del Patrimonio Hidráulico Andaluz, no solo por su valor técnico, sino también por su impacto en el desarrollo económico y social de Jerez y su comarca. Una obra que enlaza pasado y presente, heredera del ingenio romano y pionera de la ingeniería moderna española.
Ermita del Mimbral
En las orillas del embalse de Guadalcacín II, bajo el cielo gaditano, emerge un vestigio cargado de historia: la Ermita del Mimbral. Construida en los siglos XVI–XVII por el ermitaño Alonso Bernardo, esta sencilla ermita rural fue un refugio espiritual y punto de reunión para las gentes de la antigua pedanía de Mimbral, desaparecida hace décadas por el embalse que inundó sus tierras y su templo.
Un lugar relegado… hasta hoy
Durante más de treinta años, sus muros permanecieron bajo el agua. Pero la sequía ha convertido al Mimbral en una sombra visible del pasado. Hoy reaparece con lápidas resquebrajadas, muros cargados de silencio y, sobre todo, con una memoria herida que clama por ser escuchada.
Memoria y justicia: redescubrimiento necesario
La ermita no solo guarda historia, sino también posibles fosas con víctimas de la Guerra Civil. En colaboración con la Diputación de Cádiz, el Ayuntamiento de San José del Valle ha impulsado estudios con georradar para explorar el terreno. Este esfuerzo busca abrir la posibilidad de recuperar la memoria y ofrecer un brote de justicia casi un siglo después.
Arte humilde, historia imborrable
La ermita es pequeña pero elegante: una nave única con fachada de hastial, un tejadillo a dos aguas y una esfera final de remate en forma de espadaña. Sencilla, sin pretensiones, como buena artífice testigo de un pasado lleno de contrastes.
Ermita Vieja
En lo que fuera el Convento de los Carmelitas —erigido en 1695— se alza todavía la Iglesia Vieja, joya arquitectónica y testigo del nacimiento de San José del Valle. Tras la partida de los frailes en 1835, el convento desapareció, pero su iglesia sobrevivió, y con ella, la memoria del origen del pueblo.
Hoy su historia no termina: restaurada y transformada en Centro Cultural, esta iglesia late de nuevo en el centro del municipio. Exposiciones, talleres, actos públicos y momentos compartidos encuentran cabida en sus muros, que hoy resuenan con cultura y comunidad.
Parroquia de San José
La Parroquia de San José es el principal templo religioso de San José del Valle y centro de la vida espiritual del municipio. Fue bendecida el 29 de junio de 1954, fruto del trabajo del arquitecto D. Bernardino Oliva, convirtiéndose desde entonces en el punto de encuentro para la comunidad cristiana local.
Espiritualidad y devoción
En su interior se encuentran las imágenes de los dos grandes protectores del pueblo:
- La Virgen María Auxiliadora, Patrona de San José del Valle.
- San José, Patrón del municipio y titular de la parroquia.
Ambas imágenes presiden las principales festividades religiosas y procesiones, acompañando la vida de los vallemancos a lo largo del calendario litúrgico.
Arquitectura y espacios destacados
El templo cuenta con una nave central en cuyo corazón se ubica un altar de mármol, consagrado el 23 de mayo de 1974, que simboliza la fortaleza y solemnidad del lugar de culto.
En las naves laterales se encuentran dos capillas de gran valor devocional:
- En la nave derecha, la capilla de la Virgen de la Esperanza, espacio de recogimiento y oración.
- En la nave izquierda, el lugar del Santo Entierro, dedicado a la memoria y a la representación litúrgica de la Pasión.
Centro de la vida religiosa
Más allá de su valor arquitectónico, la Parroquia de San José es el corazón religioso de la localidad. Allí se celebran los sacramentos más importantes —bautizos, comuniones, matrimonios— y se organizan las fiestas patronales en honor a la Virgen María Auxiliadora y a San José, que cada año llenan de fe y tradición las calles del pueblo.
